martes, 1 de julio de 2008

16º. BALAZO.

Escribo a veces con la sensación de confundirme entre mis palabras, de contar más de lo que debo. Es raro, porque a menudo me veo desnudando partes del alma que no debería dejar ver. Pero tiendo a quedarme mucho más calmado. Y si alguien quiere algo, que lo pida. Que pregunte, vaya, que para eso ideamos el lenguaje. Que nadie saque conclusiones precipitadas.



Dice en unos preciosos versos Alberto Carpio: "A tu alma, tan clara como triste, no le falta la luz, le sobran las ventanas." Resume bien el empeño que tenemos todos por abrir un mar de posibilidades ante nosotros. Tratamos siempre de que todo esté bien cubierto. Que si falla un plan haya otro que lo supla. Pero el plan B nunca es lo mismo. No entiendo porqué no nos desengañamos. Sobran ventanas, hay demasiada corriente. A veces, si hay mucha luz, tampoco se ve.



Hace un par de días, mientras planeaba mentalmente las vacaciones, abrí el buzón y encontré una carta para mí. Alguna que otra vez me llegan detalles numéricos de mis cuentas bancarias, y en estas fechas hay bastante publicidad sin recoger. Pero me llegó una carta. Y sonreí. Que gratitud la del que recibe una carta. Sorprendido me senté a leer. Y releí. Me quedo para mí las palabras contenidas en ésas páginas y, en secreto silencio, prometo contestar. Y luego a mis cosas.
Ése pequeño sobre había logrado interrumpir mi vida. Me detuvo. Recordé. Y luego a mis cosas.



Estaba pensando en qué cosas andará metido Dios, si existe. No sé. Siempre imagino que es un tipo ocupado. Claro que puede dejarlo todo para más tarde, por aquello de que es eterno. Pero no creo. Y no creo que dé abasto. Andará liado. Sus pupilos aquí abajo no están haciendo las cosas muy allá, y a pesar de la crisis inmobiliaria siguen tratando de vender terrenos que no tengo yo muy claro que existan y muchísimo menos que sean suyos. Pero el negocio está como está montado, y haya o no crisis hay demasiada gente en el sector como para dejarlos a todos de patitas en la calle.
Imagino que Dios habrá colgado ya el cartel de "LIQUIDACIÓN POR CIERRE". Pobrecillo. No creo que tenga la culpa del desastre, pero a menudo le toca pagar la cena cuando todos hemos comido. No tardará en desaparecer. Echará el cierre y se irá de gira con alguna compañía de títeres que apreciará y mucho el hecho de que deje a las marionetas al libre albedrío. Y su espectáculo llenará las plazas y los teatros. Y nos maravillaremos de que los muñecos se muevan solos. Y será increíble cuando nos demos cuenta de que no entendemos las decisiones que toman los títeres en su mundo. Y nos miraremos desubicados. Entonces él dirá; Os lo dije. Y a lo mejor vuelve a abrir por ahí arriba. Mientras tanto tendremos que seguir con lo nuestro, que a fin de cuentas es lo que íbamos a hacer de todos modos.



Me estoy haciendo amante del cuento hiperbreve, así que dejaré aquí uno que, creo, tiene algo que ver con mi anterior historia.

COMPETENCIA DESLEAL.
Se traspasa.
Razón; Dios.

1 comentario:

Elena dijo...

"Si alguien quiere algo, que lo pida". Me parece bien. Pido entonces que eches luz sobre esa carta de la que no te has atrevido a hablar más... ¿por qué abres esa ventana si no vas a dejarnos mirar a través?